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Adjetivo popular que se da al Papa en cuanto es Obispo de Roma y por lo tanto sucesor de San Padre en la última de sus "cátedras".
En Occidente tiene un sentido de veneración y singularidad que sólo el Obispo de Roma posee y que fundamenta el sentido singular del Primado en la Iglesia.
En Oriente se minimiza el significado, en cuanto alude a "una más" de las ciudades en las que ejercicio San Pedro su función directiva querida por Jesús. Las otras sedes: Jerusalén y Antioquía, no fueron menos importantes pues en ellas actuó el Apóstol, lo que las autoriza también a reclamar su primacía compartida con Roma.
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